Maravillas del coco

El otro día cuando publique la receta de bolitas de coco, Viena del blog Sabores de Viena , llamo mi curiosidad con su comentario, decía así:

¨ ¿Sabíais que le llaman el superviviente entre los vegetales? Esto es porque un barco cargado de cocos se hundió y los cocos viajaron durante meses, flotando en el agua hasta llegar a Florida, en donde germinaron y dieron origen a los espléndidos cocoteros que allí hay. Tribus enteras han sobrevividos solo a base de coco, con su leche, la carne, con la madera han hecho zapatos y tejidos, con todo aprovechado por todo ello se le llama así, el superviviente¨.

Me dejo maravillada esta pequeña historia y le escribí un email pidiéndole si me daba permiso para publicarlo al lado de la receta, Viena muy amablemente, me respondió que por supuesto! y no solo eso si no me conto la historia completa, y yo me quede maravillada, me dijo que podía publicar lo que quisiera, y después de estar un buen rato leyendo y releyendo, no quiero hacer un resumen, te lo dejo tal cual, es una historia bonita y llena de cosas que yo no sabía, si me hizo gracia el coco el otro día, creo que ahora me hace mas, tiene una bella historia, ¿te apetece leerla? pon atención!


El coco es el superviviente entre los alimentos, es fantástico. El árbol del cocotero resiste como ningún otro los ciclones tropicales, gracias a su elasticidad. Se doblan y balancean hasta lo increíble y cuando pasa la tormenta, las palmeras cocoteras vuelven a su esbeltez como si nada hubiera sucedido.

Por su parte el fruto, es decir, el coco, es capaz de navegar flotando hasta miles de kilómetros sin que pierda su fuerza germinadora. Así llegaron a las costas de Florida. En 1840 un barco que transportaba cocos se hundió en el Caribe, a cientos de kilómetros de la costa, pero los cocos flotaron y arrastrados por la corriente, llegaron a las playas en donde germinaron y echaron raíces. Este fue el origen de los hermosos bosques cocoteros que hoy existen en tierras de Florida.

En la India se le llama “kalpa vriksha”, que significa “árbol que da todo lo necesario para la vida”. ¡Qué hermoso! Y es que como es sabido, los habitantes de las islas de la Polinesia han sobrevivido en más de una ocasión durante varias generaciones, a base de cocos.

El coco da bebida y comida sólida. Con la fibra que lo recubre, se hacen cuerdas y cepillos de dientes. Con el tronco y las hojas del cocotero, se hace calzado, también se hacen tejidos y hasta cabañas.

La fuerza vital del coco, su resistencia, la flexibilidad de su árbol, todo esto, nos avanza como una muestra externa, las numerosas propiedades medicinales y nutritivas que tiene.

Es curioso que a medida que va madurando, la composición de la pulpa va cambiando, cuando está verde, todavía no tiene muchos nutrientes, cuando madura se consolidan los hidratos de carbono, las proteínas y las sales minerales, entre las que destaca el magnesio, el calcio y el fósforo.

Sin embargo, lo que más tiene el coco es grasa, más de un tercio de su peso. Son ácidos grasos saturados pero de una clase especial, que no producen colesterol en el organismo, que se absorben y asimilan muy bien.

El coco tiene una proporción considerable de magnesio que en el organismo se encuentra en los huesos y en los músculos, así que contribuye a la dureza de los huesos y de los cartílagos que forman las articulaciones.

El consumo de coco es beneficioso en caso de: descalcificaciones, artrosis, osteoporosis y dolores osteomusculares. Por su acción remineralizante, también se recomienda en la dentición infantil, en caso de debilidad del cabello y las uñas.

Un dato interesante es que el agua y la leche de coco contienen los mismos minerales que la pulpa sin el contenido graso de ésta.


Hoy no hay ninguna receta, pero si una bella historia, espero que te haya gustado.

Viena muchas gracias, si pinchas sobre su nombre te deriva a su blog, no te lo pierdas porque es fantástico.

Fotografía: Viena